El consejero de Sanidad de Madrid acusa a la enfermera de mentir
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El consejero de Sanidad de Madrid acusa a la enfermera de mentir
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José Marcos Madrid 8 OCT 2014 - 17:59 CEST37
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El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Francisco José Rodríguez, ha responsabilizado a Teresa Romero, la auxiliar de enfermería infectada de ébola, de ocultar a su médico de cabecera y al resto de personas que la atendieron hasta su ingreso el lunes en el hospital de Alcorcón que atendió a Manuel García Viejo, uno de los dos sacerdotes repatriados de África para su tratamiento en España (falleció el 25 de septiembre). "Hoy ha reconocido un error al desvestirse del traje. Todo este tiempo lo negó sistemáticamente, como ocultó que había tratado a un enfermo de ébola", ha acusado Rodríguez.
Además del marido de Romero, del personal del centro médico que la atendió y del hospital de Alcorcón, donde permanece estable, también están bajo vigilancia dos peluqueras, según el consejo, a cuyo negocio acudió Romero, después de ir al médico, para que la depilaran.
La paciente llamó el 2 de octubre (el jueves pasado) al servicio de prevención de riesgos laborales una auxiliar de enfermería del hospital Carlos III siguiendo las instrucciones telefónicas del facultativo que le atendió. "Presentaba cuadro clínico con fiebre de 38,6 grados desde el día 29 de septiembre", ha indicado el consejero. Es decir, cuatro días después de la muerte del segundo de los religiosos contagiados en Liberia y Sierra Leona. Anteriormente había acudido al médico de asistencia primaria, "al que ocultó que había trabajado en contacto directo con un paciente de ébola”, ha insistido Rodríguez.
"El día 3 [Romero] llamó en respuesta a una llamada previa del Servicio Madrileño de Salud. Informó que tenía 36,7 grados. También dijo tener astenia y lumbalgia", ha explicado el consejero regional. "[Los días previos] se le recomendó que se tomase temperatura dos veces al día y que, de pasar de 38,6 grados, se pusiera en contacto con las autoridades sanitarias. En ningún momento tuvo fiebres superiores a 38,6 grados y el caso fue considerado de bajo riesgo (...). Esto es de mi cosecha, pero no descarto que nos pudo haber estado mintiendo”, ha afirmado el consejero en la Asamblea de Madrid, donde ha dado explicaciones de la crisis de ébola a instancias de UPyD.
Rodríguez ha asegurado que Romero incluso negó problemas con el equipo de aislamiento cuando ya se supo que había participado en el cuidado de García Viejo. A las cuatro de la noche del domingo al lunes llamó al servicio de prevención con fiebre de 37,2 grados. Se decidió enviar una ambulancia a su domicilio (no cumplía los requisitos del protocolo de seguridad para estos casos). En el hospital de Alcorcón se la calificó de bajo riesgo. Tras nuevas pruebas, ya por la tarde se confirmó el positivo por ébola.
La contagiada entró en dos ocasiones en la habitación donde se encontraba aislado el sacerdote Manuel García Viejo. En ningún momento tuvo contacto directo con fluidos del enfermo. El día 25 de septiembre cambió los pañales y sábanas, proceso en el que se inmovilizó al paciente. Al día siguiente se encargo de la recogida y eliminación de los vómitos del enfermo.
Rodríguez ha rechazado que los profesionales sanitarios que atendieron a los dos misioneros no contaran con la formación suficiente. En el primer caso, el de Miguel Pajares, hubo 25 enfermeras, 15 de ellas voluntarias (10 de La Paz). También hubo 18 auxiliares voluntarias durante el tratamiento de los sacerdotes españoles fallecidos. Sanidad cifra en seis trabajadores de laboratorio y 54 empleados sanitarios las personas que atendieron a Pajares y García Viejo.
“Un alto grado de formación tendrían cuando se presentaron voluntarias. A la gente no se le obligó”, ha zanjado el responsable de la sanidad madrileña frente a las críticas por la falta de preparación de los profesionales y sindicatos del sector. "Todos los casos se consideraron de bajo riesgo, porque acudieron con los equipos adecuados a las habitaciones. Ningún entrevistado tuvo contacto con fluidos, todos dijeron que habían actuado correctamente", ha insistido Rodríguez. El consejero ha llegado a hablar de "acoso" por las críticas recibidas.
Dos peluqueras que depilaron a la infectada por ébola, bajo vigilancia
Rodríguez dijo que Romero ocultó haber atendido a uno de los religiosos repatriados
- La enfermera infectada: “Creo que el fallo fue al quitarme el traje”
José Marcos Madrid 8 OCT 2014 - 17:59 CEST37
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El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Francisco José Rodríguez, ha responsabilizado a Teresa Romero, la auxiliar de enfermería infectada de ébola, de ocultar a su médico de cabecera y al resto de personas que la atendieron hasta su ingreso el lunes en el hospital de Alcorcón que atendió a Manuel García Viejo, uno de los dos sacerdotes repatriados de África para su tratamiento en España (falleció el 25 de septiembre). "Hoy ha reconocido un error al desvestirse del traje. Todo este tiempo lo negó sistemáticamente, como ocultó que había tratado a un enfermo de ébola", ha acusado Rodríguez.
Además del marido de Romero, del personal del centro médico que la atendió y del hospital de Alcorcón, donde permanece estable, también están bajo vigilancia dos peluqueras, según el consejo, a cuyo negocio acudió Romero, después de ir al médico, para que la depilaran.
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La paciente llamó el 2 de octubre (el jueves pasado) al servicio de prevención de riesgos laborales una auxiliar de enfermería del hospital Carlos III siguiendo las instrucciones telefónicas del facultativo que le atendió. "Presentaba cuadro clínico con fiebre de 38,6 grados desde el día 29 de septiembre", ha indicado el consejero. Es decir, cuatro días después de la muerte del segundo de los religiosos contagiados en Liberia y Sierra Leona. Anteriormente había acudido al médico de asistencia primaria, "al que ocultó que había trabajado en contacto directo con un paciente de ébola”, ha insistido Rodríguez.
"El día 3 [Romero] llamó en respuesta a una llamada previa del Servicio Madrileño de Salud. Informó que tenía 36,7 grados. También dijo tener astenia y lumbalgia", ha explicado el consejero regional. "[Los días previos] se le recomendó que se tomase temperatura dos veces al día y que, de pasar de 38,6 grados, se pusiera en contacto con las autoridades sanitarias. En ningún momento tuvo fiebres superiores a 38,6 grados y el caso fue considerado de bajo riesgo (...). Esto es de mi cosecha, pero no descarto que nos pudo haber estado mintiendo”, ha afirmado el consejero en la Asamblea de Madrid, donde ha dado explicaciones de la crisis de ébola a instancias de UPyD.
Rodríguez ha asegurado que Romero incluso negó problemas con el equipo de aislamiento cuando ya se supo que había participado en el cuidado de García Viejo. A las cuatro de la noche del domingo al lunes llamó al servicio de prevención con fiebre de 37,2 grados. Se decidió enviar una ambulancia a su domicilio (no cumplía los requisitos del protocolo de seguridad para estos casos). En el hospital de Alcorcón se la calificó de bajo riesgo. Tras nuevas pruebas, ya por la tarde se confirmó el positivo por ébola.
La contagiada entró en dos ocasiones en la habitación donde se encontraba aislado el sacerdote Manuel García Viejo. En ningún momento tuvo contacto directo con fluidos del enfermo. El día 25 de septiembre cambió los pañales y sábanas, proceso en el que se inmovilizó al paciente. Al día siguiente se encargo de la recogida y eliminación de los vómitos del enfermo.
Rodríguez ha rechazado que los profesionales sanitarios que atendieron a los dos misioneros no contaran con la formación suficiente. En el primer caso, el de Miguel Pajares, hubo 25 enfermeras, 15 de ellas voluntarias (10 de La Paz). También hubo 18 auxiliares voluntarias durante el tratamiento de los sacerdotes españoles fallecidos. Sanidad cifra en seis trabajadores de laboratorio y 54 empleados sanitarios las personas que atendieron a Pajares y García Viejo.
“Un alto grado de formación tendrían cuando se presentaron voluntarias. A la gente no se le obligó”, ha zanjado el responsable de la sanidad madrileña frente a las críticas por la falta de preparación de los profesionales y sindicatos del sector. "Todos los casos se consideraron de bajo riesgo, porque acudieron con los equipos adecuados a las habitaciones. Ningún entrevistado tuvo contacto con fluidos, todos dijeron que habían actuado correctamente", ha insistido Rodríguez. El consejero ha llegado a hablar de "acoso" por las críticas recibidas.
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Só discuto o que nao sei ...O ke sei ensino ...POIZ
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