Cuando John encontró a Sarah.....Albert Medran Consultor de comunicación
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Cuando John encontró a Sarah.....Albert Medran Consultor de comunicación
Albert Medran
Consultor de comunicación
< inicio > Entre abucheos y Joe el fontanero
Cuando John encontró a Sarah
Albert Medran | 24/10/2008 - 14:54 horas
¿Qué tiene Sarah Palin que desata pasión política allá por donde pasa? Pasión, ya sea para unificar su voto o para que sus adversarios hagan lo mismo, pero pasión al fin y al cabo. ¿Por qué Palin ha conseguido generar admiración, odio y desconfianza a partes iguales? ¿Cuál es la receta de la gobernadora de Alaska?
Sin duda alguna, estas elecciones serán recordadas por muchas cosas. En primer lugar, por la nominación de un candidato afro americano por uno de los dos grandes partidos (y en caso que Obama gane las elecciones, serán recordadas aún con más razón). También serán recordadas por las primeras que tuvieron una estrategia de participación a través de redes sociales muy planificada. Por los récord de recaudación de fondos. Y por la nominación de un personaje tan potente, curioso y atractivo como Sarah Palin.
La gobernadora, como muchos de ustedes saben, generó el llamado "Efecto Palin". Este efecto fue observable tras la convención del partido Republicano: había llegado alguien al ticket del Great Old Party que hablaba a las bases conservadoras con claridad, que defendía postulados sobre cuestiones morales que McCain no se atrevería a plantear. Llegaba también un poderoso relato: la de la hockey mum que, con una familia numerosa y con numerosos problemas, es una mujer de éxito, gobernadora y preparada para la batalla. El efecto en la intención de voto fue inmediato.
Algunos analistas indicaron que la elección de McCain por alguien con una experiencia política tan corta era un error, pero el colchón de voto que parecía estar creando cubrió su argumento. Lo cierto es que las primeras entrevistas concedidas, en que Palin indicó que si Georgia fuera de la OTAN la organización debería atacar a Rusia, pusieron las alarmas en marcha.
Poco a poco, la salvaguarda mediática a la que los republicanos sometieron a la candidata, sumado al crecimiento del mito de su imitadora Tina Fey, hicieron que entre los votantes empezaran a crecer dudas sobre su capacidad para ser una buena vicepresidenta.
El debate vicepresidencial no supuso su entierro político. De hecho, Palin no está muerta políticamente: las encuestas no lo indican, pero todo está aún abierto y sin decidir. El encuentro con Biden nos regaló una candidata que controlaba a la perfección el medio televisivo, aunque sus respuestas fueron evasivas e inconcretas.
A todo esto, se tejió una potente imagen de la gobernadora. Podríamos decir que se creó un producto políticamente vendible, como demuestra el éxito de su modelo de gafas (agotadas en los Estados Unidos), la aparición de muñecas con una Sarah Palin guerrera, colegiala, etc. Y la proliferación de imitadores. La última de ellas, una actriz porno que estrenará el próximo 4 de noviembre, día de las elecciones, un film explícito producido por Hustler.
Palin tiene atributos que han permitido que hoy sea un animal televisivo –en el buen sentido de la palabra, si lo tiene- de primer orden y con repercusión internacional. Es joven, atractiva, ama al medio. Habla claro, no le asusta una audiencia y su emoción la transmite la convicción en lo que dice y defiende. Su historia personal es más que atractiva para una prensa ávida en huir de las propuestas y juzgar la capacidad de alguien para gobernar un país a través de la gestión de su familia. Es más que atractiva una familia numerosa, con una hija adolescente embarazada y una candidata contraria al aborto. También es atractiva su apelación a las madres de clase media, que venga de un estado como Alaska. Y sobretodo, un pasado oscuro en la gestión pública en sus responsabilidades como alcaldesa y gobernadora.
Los medios han tenido en Palin una fuente inagotable de historias, que a veces es lo peor para dirigir una campaña. Su ferocidad ha dejado al candidato a comandante en jefe en una difícil posición: ¿tiene más agallas Palin que un héroe de guerra que supera los 70? En muchas ocasiones esta contraposición ha generado problemas en la campaña del senador de Arizona, es muy difícil evitar los abucheos al candidato al defender a Obama cuando su candidata a vicepresidenta es la primera que infunda los rumores sobre el candidato demócrata.
¿Ha sido un error la decisión de McCain? ¿Ha elegido mal a su compañera de ticket? Es pronto para decirlo. Debemos ser cautos: estas elecciones aún no han llegado a su fin y muchas son las cosas que pueden pasar hasta el próximo 4 de noviembre. Si jugamos a la política ficción los escenarios son múltiples: ¿hubiera conseguido notoriedad McCain en esta campaña sin Palin? ¿Realmente cambiaría el sentido de las elecciones que Palin no fuera la candidata?
Queda partido. Y tenemos Palin para rato. Es una figura central hoy en la política americana, tendrá recorrido y si pierde las elecciones podrá posicionarse como la voz en la oposición de todos aquellos que creen que en los Estados Unidos los valores tradicionales están en peligro. Y si gana, tendremos una vicepresidenta que romperá moldes y hará historia. Aunque a más largo plazo, una futura candidata a presidenta que llevará su cuestionable estilo, aunque atractivo para muchos votantes, a la Casa Blanca.
Consultor de comunicación
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Cuando John encontró a Sarah
Albert Medran | 24/10/2008 - 14:54 horas
¿Qué tiene Sarah Palin que desata pasión política allá por donde pasa? Pasión, ya sea para unificar su voto o para que sus adversarios hagan lo mismo, pero pasión al fin y al cabo. ¿Por qué Palin ha conseguido generar admiración, odio y desconfianza a partes iguales? ¿Cuál es la receta de la gobernadora de Alaska?
Sin duda alguna, estas elecciones serán recordadas por muchas cosas. En primer lugar, por la nominación de un candidato afro americano por uno de los dos grandes partidos (y en caso que Obama gane las elecciones, serán recordadas aún con más razón). También serán recordadas por las primeras que tuvieron una estrategia de participación a través de redes sociales muy planificada. Por los récord de recaudación de fondos. Y por la nominación de un personaje tan potente, curioso y atractivo como Sarah Palin.
La gobernadora, como muchos de ustedes saben, generó el llamado "Efecto Palin". Este efecto fue observable tras la convención del partido Republicano: había llegado alguien al ticket del Great Old Party que hablaba a las bases conservadoras con claridad, que defendía postulados sobre cuestiones morales que McCain no se atrevería a plantear. Llegaba también un poderoso relato: la de la hockey mum que, con una familia numerosa y con numerosos problemas, es una mujer de éxito, gobernadora y preparada para la batalla. El efecto en la intención de voto fue inmediato.
Algunos analistas indicaron que la elección de McCain por alguien con una experiencia política tan corta era un error, pero el colchón de voto que parecía estar creando cubrió su argumento. Lo cierto es que las primeras entrevistas concedidas, en que Palin indicó que si Georgia fuera de la OTAN la organización debería atacar a Rusia, pusieron las alarmas en marcha.
Poco a poco, la salvaguarda mediática a la que los republicanos sometieron a la candidata, sumado al crecimiento del mito de su imitadora Tina Fey, hicieron que entre los votantes empezaran a crecer dudas sobre su capacidad para ser una buena vicepresidenta.
El debate vicepresidencial no supuso su entierro político. De hecho, Palin no está muerta políticamente: las encuestas no lo indican, pero todo está aún abierto y sin decidir. El encuentro con Biden nos regaló una candidata que controlaba a la perfección el medio televisivo, aunque sus respuestas fueron evasivas e inconcretas.
A todo esto, se tejió una potente imagen de la gobernadora. Podríamos decir que se creó un producto políticamente vendible, como demuestra el éxito de su modelo de gafas (agotadas en los Estados Unidos), la aparición de muñecas con una Sarah Palin guerrera, colegiala, etc. Y la proliferación de imitadores. La última de ellas, una actriz porno que estrenará el próximo 4 de noviembre, día de las elecciones, un film explícito producido por Hustler.
Palin tiene atributos que han permitido que hoy sea un animal televisivo –en el buen sentido de la palabra, si lo tiene- de primer orden y con repercusión internacional. Es joven, atractiva, ama al medio. Habla claro, no le asusta una audiencia y su emoción la transmite la convicción en lo que dice y defiende. Su historia personal es más que atractiva para una prensa ávida en huir de las propuestas y juzgar la capacidad de alguien para gobernar un país a través de la gestión de su familia. Es más que atractiva una familia numerosa, con una hija adolescente embarazada y una candidata contraria al aborto. También es atractiva su apelación a las madres de clase media, que venga de un estado como Alaska. Y sobretodo, un pasado oscuro en la gestión pública en sus responsabilidades como alcaldesa y gobernadora.
Los medios han tenido en Palin una fuente inagotable de historias, que a veces es lo peor para dirigir una campaña. Su ferocidad ha dejado al candidato a comandante en jefe en una difícil posición: ¿tiene más agallas Palin que un héroe de guerra que supera los 70? En muchas ocasiones esta contraposición ha generado problemas en la campaña del senador de Arizona, es muy difícil evitar los abucheos al candidato al defender a Obama cuando su candidata a vicepresidenta es la primera que infunda los rumores sobre el candidato demócrata.
¿Ha sido un error la decisión de McCain? ¿Ha elegido mal a su compañera de ticket? Es pronto para decirlo. Debemos ser cautos: estas elecciones aún no han llegado a su fin y muchas son las cosas que pueden pasar hasta el próximo 4 de noviembre. Si jugamos a la política ficción los escenarios son múltiples: ¿hubiera conseguido notoriedad McCain en esta campaña sin Palin? ¿Realmente cambiaría el sentido de las elecciones que Palin no fuera la candidata?
Queda partido. Y tenemos Palin para rato. Es una figura central hoy en la política americana, tendrá recorrido y si pierde las elecciones podrá posicionarse como la voz en la oposición de todos aquellos que creen que en los Estados Unidos los valores tradicionales están en peligro. Y si gana, tendremos una vicepresidenta que romperá moldes y hará historia. Aunque a más largo plazo, una futura candidata a presidenta que llevará su cuestionable estilo, aunque atractivo para muchos votantes, a la Casa Blanca.
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